Sesión de Reiki

El método Reiki es una técnica que trabaja con energías canalizadas por el terapeuta a través de la imposición de manos.

Esta terapia energética se basa en técnicas muy antiguas que se practican desde hace siglos. Su origen está en Japón, aunque ya se utilizaban técnicas similares al Reiki en otras culturas desde la antigüedad.

La ENERGÍA, que es el concepto en torno al cual se mueve esta práctica, recibe diversos nombres según la cultura en la que se utilizaba habitualmente: en la India se denominaba Prana, en China Chi y en Japón Ki. Incluso en la Grecia y Roma clásicas existen textos descriptivos sobre terapias de imposición de manos.

El Reiki trabaja sobre los chakras, los principales centros energéticos del cuerpo, estrechamente relacionados con los principales órganos, sistemas y glándulas del cuerpo humano.

Según el maestro de Reiki Hiroshi Doi, el Reiki es “un método terapéutico que corrige desequilibrios físicos y psíquicos a través del uso tradicional de la energía, el Ki”. Su objetivo es conseguir el equilibrio en el cuerpo y fortalecer su capacidad de autocuración y recuperación, trabajando tanto a nivel físico como a nivel emocional e incluso espiritual.

El simple acto reflejo de colocar las manos sobre zonas que sufren dolor o trauma, como si se buscara reducir el dolor y aliviar la zona dañada, es un ejemplo de cómo todos llevamos en nuestro subconsciente el instinto de sanarnos y protegernos con nuestras propias manos. El Reiki es la herramienta que busca canalizar y utilizar esta energía de la forma más beneficiosa posible para el paciente.

Es importante saber que el Reiki no está reconocido por la medicina tradicional y que no existen estudios científicos que avalen la eficacia de su práctica. Sin embargo, cada vez es más frecuente encontrarlo en los hospitales como terapia complementaria al tratamiento de los pacientes.

El Reiki es una técnica de sanación creada por el Maestro Mikao Usui en 1922 y significa “Energía Universal”.

Consiste en la imposición de las manos sobre determinados puntos importantes del cuerpo, puntos energéticos, meridianos y chakras.

Funciona canalizando la energía Universal. Todas las personas tenemos un cuerpo o campo energético, que en muchos casos se encuentra desequilibrado o desorganizado, provocando enfermedades y desequilibrios en nuestro organismo, tanto físico como emocional. A través de la armonización y canalización conseguimos un equilibrio de este campo energético, dando lugar a un estado de paz y armonía en todo nuestro cuerpo.

Para entenderlo de forma fácil y sencilla, pongamos un ejemplo:

Cada vez que sentimos un dolor llevamos nuestras manos a esa parte del cuerpo para aliviarnos. Inconscientemente sabemos que nuestras manos aliviarán ese malestar y eso ocurre gracias a nuestra capacidad de autocuración. El Reiki funciona más o menos así, aunque se aplica de forma un poco más específica, trabajando con símbolos Universales y zonas estudiadas minuciosamente…

El Reiki trata a la persona de forma holística, como un todo, con la premisa de que un cuerpo enfermo nos está intentando decir que a otros niveles también hay algo que no funciona del todo bien.

En las sesiones de Reiki se puede tratar cualquier desequilibrio, tanto físico como emocional, ya que se trabaja con la energía vital de la persona y la energía Universal, sin mayores contraindicaciones.

A través de esta canalización, la persona desbloqueará síntomas físicos y emocionales, lo que le llevará a ser más consciente del problema o desequilibrio por el que está pasando, provocando así los cambios que necesita experimentar.

Durante la sesión, la persona permanecerá tumbada con los ojos cerrados y relajada, mientras el terapeuta trabaja sobre esas zonas energéticas. Tras la sesión, deberá beber gran cantidad de agua y descansar lo máximo posible, estando atenta y consciente de los cambios que se producen en el cuerpo.